Ponemos a vuestra disposición la siguiente herramienta pedagógica con el fin de facilitar -tanto a profesores como alumnos o padres- el acceso a información fiable sobre drogas y su posible prevención. Aparte, contamos con una amplia gama de actividades lúdicas y constructivas de perfecta aplicación con adolescentes y ofrecemos un espacio común de discusión sobre los temas tratados.
Los padres pueden ejercer un rol preventivo con los hijos si instauran en su vida cotidiana algunas pautas educativas.
A continuación se muestran algunas de las pautas que pueden ayudar a prevenir el consumo de drogas:
FOMENTAR UNA IMAGEN PERSONAL POSITIVA:
Si el niño se siente valorado y amado por sus padres se sentirá más seguro de sí mismo y se verá con los suficientes recursos para decir NO a las drogas. Para esto es importante:
Asegurarse que se siente querido y demostrarle cariño permanente a través del contacto físico y verbal.
Confiar en él y demostrárselo.
Ayudarle a que tenga éxito en las cosas que emprende y a enfrentar fracasos y errores.
AYUDARLES A MADURAR:
¿Cómo?
Promoviendo la toma de decisiones responsable.
Dándoles tareas y responsabilidades.
Promoviendo la autonomía.
Teniendo una actitud abierta, flexible y de apoyo frente a los cambios de la edad.
ENSEÑARLES AUTOCONTROL:
Los padres pueden ayudar a sus hijos a manejar y expresar adecuadamente sus emociones (pena, ansiedad, rabia, frustración, etc.) mostrándoles buenos modelos de conducta ante situaciones problemáticas o conflictos, no perdiendo el control, mostrando serenidad, reflexionando, buscando alternativas de expresión…
ESTABLECER LÍMITES Y NORMAS:
Las normas y límites son importantes porque estructuran a los hijos, les ayudan a tener las cosas más claras, a saber lo que hay que hacer y lo que no.
FOMENTAR LA COMUNICACIÓN FAMILIAR:
Para ello es importante:
Respetar sus opiniones.
Corregir sin descalificar, ridiculizar, sermonear o comparar.
Reconocer nuestros errores.
Expresarle nuestros sentimientos.
Buscar conciliar sus necesidades con las nuestras.
Promover un clima humor.
Aceptar rebeldía y críticas como parte del proceso de desarrollo.
La preocupación de los padres en cuanto al consumo de drogas de sus hijos debe transformarse en actuaciones concretas, la finalidad de este documento es servir como recordatorio de aquello que desde dentro de la familia se puede hacer al respecto.
Las razones que explican el consumo de drogas son múltiples, pero entre las principales habría que incluir: la globalización del mercado de las drogas; la creciente importancia en nuestra sociedad de valores en los que se resaltan el individualismo y el hedonismo y la asunción por parte de algunos movimientos sociales muy importantes para los jóvenes del tema de las drogas como elemento identificativo.
Hay muchas opciones de tratamiento para el uso de drogas disponibles para los jóvenes que necesitan ayuda con el abuso de sustancias controladas, tratamientos que incluyen desde programas residenciales hasta visitas a un terapista de familia.
A continuación se presentan las opciones de tratamiento más comunes:
Desintoxicación médica
La desintoxicación se realiza en lugares que ofrecen servicios a pacientes hospitalizados o ambulatorios bajo el cuidado de un médico para tratar los síntomas de abstinencia mientras el cuerpo supera la dependencia física. Por lo general usado antes del tratamiento.
El proceso no atiende ninguno de los problemas psicológicos, sociales o de conducta que acompañan la adicción. La modificación y la terapia de conducta adicional son necesarias para lograr una recuperación exitosa y la abstinencia a largo plazo.
Hay medicamentos disponibles para la desintoxicación de opiáceos, nicotina,benzodiacepinas, alcohol, barbitúricos y otros sedantes.
La abstinencia sin tratamiento puede ser peligrosa desde el punto de vista médico y hasta mortal.
Tratamiento residencial de largo plazo El tratamiento residencial provee cuidado de 24 horas en un entorno no hospitalario para pacientes con historiales relativamente largos de dependencia de drogas, actividades criminales serias y/o deterioro serio en el funcionamiento social. El modelo más conocido de tratamiento residencial es la comunidad terapéutica, pero el tratamiento residencial también puede emplear otros modelos.
Las comunidades terapéuticas son programas residenciales sumamente estructurados con estadías planificadas de 6 a 12 meses o más. Se concentran en reintegrar a la persona a la sociedad con un estilo de vida libre de drogas y de actividad delictiva, usando otros residentes del programa, el personal y el contexto social como componentes activos del tratamiento. Los programas que ofrecen servicios a los jóvenes también requieren que los pacientes asistan a clases, para que no se atrasen en su educación. Para los adultos, podría haber disponible programas de adiestramiento de trabajo y otros servicios de apoyo.
Tratamiento hospitalario Los programas residenciales de corto plazo (a veces conocidos como unidades de dependencia química) incluyen un tratamiento intensivo de tres a seis semanas como paciente hospitalizado seguido de terapia ambulatoria extensa o participación en grupos de autoayuda de 12 pasos.
Tratamiento ambulatorio libre de drogas
El tratamiento ambulatorio puede variar en la intensidad y tipo de servicios que ofrece, pero por lo general requiere que las personas vayan a una clínica en intervalos regulares para participar en programas que pueden incluir consejería individual o grupal, educación sobre las drogas y prevención de recaídas. Diseñado mayormente para personas con historiales cortos de abuso de sustancias controladas, el tratamiento ambulatorio es más adecuado para personas que tienen un empleo o algún apoyo social. Algunos programas ambulatorios también pueden tratar a pacientes con problemas médicos o mentales además de su problema de drogas.
Si necesita más detalles o busca un centro de tratamiento cerca de usted, puede llamar al 1-877-SIN DROGAS.
Siéntase cómodo de hablar del tema de las drogas y de por qué éstas son dañinas.
Los expertos piensan que si usted puede inculcar estas ideas en las mentes de sus hijos antes de que ellos se vean en la necesidad de tomar decisiones difíciles, tendrán una mayor tendencia a evitar las drogas que a usarlas. Se ha comprobado que los adolescentes que han aprendido de sus padres acerca del riesgo con las drogas, son menos propensos a probar la marihuana que aquellos que nunca aprendieron de ellos.
No tenga miedo de hablar con sus hijos del tema de las drogas, esto no les induce malas ideas. Lo que usted está haciendo es simplemente advirtiéndoles de los posibles peligros que puedan enfrentar en su ambiente, para que estén propiamente informados y preparados.
Cómo presentar el tema de las drogas:
Si usted escucha de sus hijos algo que no le gusta, por ejemplo que uno de sus amigos fuma marihuana o tal vez él le confiesa que se tomó una cerveza en una fiesta, es muy importante que usted no reaccione en una forma que corte completamente la conversación. Si el adolescente se pone defensivo o le asegura a usted que no conoce a nadie que use drogas, pregúntele entonces por qué cree él que las personas usan drogas.
Hable acerca de que si vale la pena el arriesgarse al cambio de vida que las personas experimentan cuando usan drogas, y de que si tomaría ese riesgo. Aún sin tener en cuenta la adicción, la simple experimentación es un juego muy arriesgado. Una mala experiencia, como la de caminar bajo la influencia de las drogas, puede llevar a una persona a cruzar una calle muy transitada sin tomar precauciones, lo que podría cambiar o terminar la vida de la persona para siempre.
Algunas veces es frustrante darse cuenta de que hay muy pocas oportunidades para tener conversaciones con nuestros hijos acerca de las drogas. En esta cultura de constante movimiento en la que las familias tienen que coordinar tantas demandas del trabajo, de la escuela, de las actividades después de la escuela, además de los compromisos sociales, es un reto para los padres y los hijos el tratar de estar en el mismo lugar a la misma hora.
Sin embargo, cuanto más se comunique usted con sus hijos más fácil será para ellos hablarle de las drogas y de otros temas delicados.
ALGUNOS CONSEJOS AL RESPECTO:
Sea absolutamente claro con sus hijos de que usted no quiere que ellos usen drogas .
Nunca. En ningún lugar. No deje espacio para malos entendidos y hable frecuentemente con ellos acerca de los peligros y de los resultados que se derivan del uso de las drogas y del alcohol. No es suficiente conversar con ellos sobre este tema solo una o dos veces por año.
Mejore su habilidad de escuchar.
Haga preguntas y anímelos a hacer preguntas. Reinterprete lo que sus hijos tratan de comunicarle. Pídales su opinión en las decisiones. Demostrando su deseo de escuchar, hará que su adolescente se sienta más cómodo de contarle sus cosas.
Trate de responder honestamente.
No invente lo que usted no sabe pero dígale que usted va a buscar la respuesta. Si le preguntan si usted ha usado drogas en el pasado, hágales saber que lo más importante ahora es que usted no quiere que ellos las usen.
Use programas o informes de la televisión, anuncios contra las drogas o charlas en la escuela acerca de las drogas para traer el tema en una forma natural, sin forzarlo.
No reaccione en una forma que pueda cortar completamente la conversación.
Si sus hijos dicen cosas que lo sorprenden o desafían, tome una actitud más calmada en su conversación, para que pueda discutir con ellos el por qué las personas usan drogas o si ellos piensan que los efectos que producen las drogas valen la pena como para arriesgarse.
Actúe varias situaciones o escenas con sus hijos y practique con ellos diferentes formas de rechazar las drogas en distintas situaciones.
Reconozca lo difícil que estos momentos pueden ser.
Pregúntele sobre su círculo de amigos.
Demuestre interés en la vida de sus amigos, en que disfrutan hacer juntos, en problemas que puedan estar enfrentando y conozca con quién y en qué andan sus hijos.
1. Es bueno que hable con sus hijos acerca del tabaco, el alcohol y las demás drogas.
Quizás encuentre que poseen ideas erróneas y falsos mitos en torno a las propiedades de las drogas. Usted puede ayudar a que sus hijos dispongan de la información adecuada.
2. Es excelente que escuche realmente a sus hijos.
Los niños pueden hablar mejor sobre un tema con aquellos padres que saben escuchar. Si usted les escucha atenta y activamente, sus hijos compartirán sus experiencias.
3. "Es buenísimo" que ayude a sus hijos a sentirse bien consigo mismo.
Sus hijos se sentirán mejor si usted tiende a valorar sus logros, así como sus esfuerzos (indepen-dientemente de los resultados). Fortalecerá su autoestima si evalúa con ellos sus acciones y no los critica a ellos como personas.
4. Es muy importante que ayude a sus hijos a desarrollar valores firmes y adecuados.
Un sistema firme de principios y valores puede ayudarles a tomar decisiones basadas en hechos reales y no en la presión ejercida por sus amigos-compañeros.
Para ayudarles, sus propios mensajes al respecto tendrían que ser claros y coherentes, razonando juntos sus afirmaciones.
5. Seguir la coherencia de ser un buen ejemplo para ellos.
Los padres son modelos para sus hijos, aunque no lo quieran. Por eso, sus actitudes hacia las drogas y sus hábitos de consumo influyen decisivamente en el comportamiento de su hijo, ser un ejemplo saludable, es uno de los pilares de la prevención. Los hijos no hacen lo que uno dice, sino lo que uno hace.
6. Es muy importante ayudar a su hijo a afrontar la presión de los compañeros.
Los hijos que han aprendido a ser respetuosos, cariñosos, seguros y responsables de sí mismos, tienen más posibilidades de afrontar la presión de cualquier grupo y pueden tomar decisiones sanas.
7. Establecer normas dentro de la familia sobre las drogas, es muy apropiado.
Es muy útil establecer reglas específicas respecto al consumo de alcohol, tabaco y demás drogas dentro del hogar, así como las consecuencias de su uso indebido. Las normas claras en una familia favorecen el desarrollo del individuo en relación con la sociedad.
8. Es "buenísimo" fomentar actividades sanas y recreativas.
Estimule la participación de sus hijos en este tipo de actividades, procurando su diversión y desarrollo: deportes, lectura, música, asociaciones juveniles, Tan importante como lo anterior, es realizar actividades "con" sus hijos, de acuerdo con las diferentes edades: excursiones, juegos, visita a museos, caminatas, etc.
9. Reúnase con otros padres.
Conozca a los padres de los amigos de sus hijos y sepa que piensan acerca del consumo y la prevención del tabaco, el alcohol y las demás drogas. Esto le ayudará a comparar y reforzar las pautas de actuación que lleva a cabo dentro de su familia.
10. Solicite ayuda si tiene algún problema relacionado con el alcohol o demás drogas.
Acercarse, conversar y observar a su hijo le permitirá discernir, si quizás, su hijo se está iniciando en el consumo de alcohol o drogas.
Si descubre que puede haber un problema incipiente, no dude en pedir ayuda lo antes posible. Ante todo, evite este tipo de conductas y actitudes:
No se desespere.No todos los que se inician en el consumo de las drogas se convierten en drogodependientes. Tampoco vamos a esperar que esto suceda. SEA PRUDENTE.
No lo culpe, ni le eche en cara todo lo que usted ha hecho por él, ni lo mucho que usted sufre, ni se sienta víctima por nada.
No se convierta en perseguidor, obsesionado por seguir sus pasos, o revisar sus cosas.
Evite criticar su comportamiento violento, o desajustado.
No lo acose pretendiendo respuestas o soluciones inmediatas.
No se desentienda de él no prestándole atención, o restándole importancia.
Tras haber consultado o utilizado nuestro blog, ¿pensáis que es una útil herramienta?. Si queréis también podéis mandarnos un mail con vuestra opinión a la siguiente dirección: prevenirelconsumodedrogas@gmail.com