Las estrategias para poner en marcha directrices para la educación sobre drogas, deben centrarse en proporcionar información, educación, intervención y orientación. Los programas deben reforzar la necesidad de coordinar los papeles de los estudiantes, la escuela, el personal, los padres, las autoridades y los grupos de la comunidad.
Formación para profesores y personal no docente:
Si queremos que las iniciativas de los Centros Escolares sean efectivas en la prevención del consumo de drogas, tanto el personal docente como el no docente debe recibir una formación adecuada para ayudar a los estudiantes a desarrollar las actitudes positivas, autoestima, y habilidades para tomar decisiones, que necesitan para llevar una vida saludable. Los Centros Escolares deben responder a las necesidades de los estudiantes sobre temas relacionados con las drogas y tener la seguridad de que su personal es capaz de detectar los síntomas del consumo de drogas. Se anima a los Centros Escolares, a proporcionar formación en educación sobre drogas a su personal docente y no docente.
Revisión y evaluación de directrices:
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La responsabilidad de aplicar programas escolares globales recae sobre los profesores, los orientadores y la dirección. Algunas de las tareas necesarias para cumplir los papeles y responsabilidades aparecen expuestas más abajo. (Añada aquellas tareas que Ud crea que se precisan para cada rol).
Impartir programas de educación sobre drogas
• Desarrollar técnicas didácticas para nuevos programas de prevención.
• Desarrollar unidades de educación sobre drogas.
• Formar líderes juveniles.
• Implicar a los padres en la educación sobre drogas.
• Seleccionar los recursos apropiados.
• Integrar las unidades de educación sobre drogas en el curriculum general.
• Impartir las unidades de educación sobre drogas.
• Identificar a los estudiantes que pueden estar experimentando problemas.
• Enviar a los estudiantes a centros adecuados para recibir ayuda.
• Hacer un seguimiento de los estudiantes que han sido enviados para recibir ayuda.
Ayudar a los estudiantes que puedan estar experimentando problemas con las drogas
• Hacer una evaluación inicial sobre la importancia de los problemas de drogas del estudiante.
• Orientar a estudiantes.
• Implicar a los padres.
• Derivar a los recursos externos cuanto sea necesario.
• Hacer un seguimiento a los estudiantes que se envien para evaluación o tratamiento.
• Hacer un seguimiento a los profesores cuyos alumnos que se envíen para ayuda.
• Formar orientadores juveniles.
• Llevar registros de los datos relativos al consumo de drogas de los alumnos así como de las acciones emprendidas.
Administrar programas escolares globales sobre drogas
• Proporcionar asesoramiento al personal.
• Manejar los incidentes de consumo, posesión e intoxicación.
• Entrevistar a los estudiantes.
• Entrevistar a los padres.
• Crear un ambiente escolar de promoción de salud.
• Mantener registros sobre acciones disciplinarias.
Proceso de cinco pasos para identificar y ayudar a los estudiantes que puedan tener problemas de alcohol u otras drogas, e incluye una lista para ayudar a aplicar el proceso. Los cinco pasos son:
1. Revisión de las directrices
2. Recoger información sobre el problema
o (a) Observar
o (b) Poner en común con otros
o (c) Hablar con el estudiante
3. Situar al estudiante en el continuo del consumo de drogas
4. Decidir un plan de acción
5. Recurrir a los servicios escolares o comunitarios
A continuación hay algunas formulaciones de las creencias más comunes en la educación sobre drogas y el consumo de las mismas por los estudiantes. Puede que usted haya oído, o esté de acuerdo, con algunas de ellas. La mayoría son mitos, esto es, creencias erróneas, aunque algunas contienen algo de verdad. Cada una de las creencias se discute en los párrafos siguientes. Cuando las esté leyendo piense cómo puede influir el hecho de sostenerla en la forma de plantear la educación sobre drogas.
Creencia número uno
¡Falso! La educación sobre drogas no es algo misterioso, ni difícil de enseñar. De hecho, la mayoría de los profesores tienen las habilidades básicas que se necesitan para facilitar el aprendizaje sobre el alcohol y otras drogas, y ayudar a aquellos que puedan tener problemas. La educación sobre drogas es una de las muchas estrategias a usar dentro de un programa de prevención global, destinado a prevenir y reducir los problemas relacionados con las substancias, mantener y promover conductas saludables, y finalmente mejorar la salud de los estudiantes. Debe centrarse en el desarrollo de distintas habilidades para la vida (asertividad, resolución de problemas, establecimiento de objetivos, y manejo del estrés), así como promover el desarrollo de capacidades personales y sociales de los estudiantes.
Creencia número dos
La educación sobre drogas aumentará la curiosidad de los estudiantes por probar substancias
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Creencia número tres
Las personas más apropiadas para hablar de los peligros del alcohol u otras drogas a los estudiantes son ex-alcohólicos o ex-drogadictos
¡Falso! Las personas que han tenido problemas con el alcohol u otras drogas, pueden ser unos conferenciantes muy impactantes para hablar de drogas, y proporcionar una experiencia de aprendizaje fuera de lo común. Los estudiantes mayores parecen especialmente interesados en escuchar experiencias personales de aquellos que han tenido problemas serios con el alcohol o con cualquier otra droga. Sin embargo hay que ser consciente de que los estudiantes pueden recibir un mensaje que no pretendemos, por ejemplo, "si el que habla ha sido capaz de superar sus problemas con las drogas, yo también podría hacerlo". Además, generalmente tenemos poco control sobre lo que hacen o dicen los conferenciantes invitados.
Creencia número cuatro
Los únicos que deben ayudar a los estudiantes con problemas con el alcohol u otras drogas son los especialistas en adicciones
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Creencia número cinco
Los estudiantes son demasiado jóvenes para "engancharse", se necesitan años para convertirse en adicto
La combinación de determinados factores puede generar dependencia en muchachos de tan solo 10 u 11 años, si bien ésto es relativamente raro. El desarrollo de la adicción depende de:
• La propia naturaleza de la droga.
• Las pautas de consumo.
• La disponibilidad de la droga.
• Las características y situación personal del consumidor.
• Las influencias ambientales.
Por ejemplo, un consumo frecuente y predecible es un indicador de dependencia. Un estudio de la ARF de 1989 sobre estudiantes de Ontario mostró que algo más de un 1% de los estudiantes de entre 13 y 19 años fumó más de 20 cigarrillos al día el año anterior. Un 0,4% (de 3.500 estudiantes de Ontario) declaró consumir cannabis diariamente en los 12 meses anteriores al estudio.
Creencia número seis
No se puede ayudar a los consumidores abusivos de alcohol u otras drogas hasta que "toquen fondo"
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La mayoría de la gente joven que consume excesivamente drogas no toca fondo en absoluto, más bien lo que les presiona a cambiar son las consecuencias negativas que surgen de su consumo de drogas. Éstas podrían ser relativamente menores (por ejemplo, una confrontación abierta con un orientador), o mayores como tener problemas legales o sanciones en la escuela. Generalmente cuando las consecuencias negativas del consumo de drogas empiezan a pesar más las positivas, el joven consumidor busca ayuda.
Creencia número siete
Mientras un niño use solo "drogas blandas", como la marihuana, o solamente alcohol y tabaco, es muy difícil que llegue a ser adicto, y por lo tanto no necesitará ningún tipo de intervención
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Creencia número ocho
Lo que hacen los niños fuera de clase no es asunto de la escuela
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Creencia número nueve
Es mejor beber alcohol que consumir drogas
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Creencia número diez
Si beber o fumar es aceptable para los adultos, debería serlo también para los niños
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Creencia número once
La educación sobre drogas es responsabilidad de la familia
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